El Ferroclub activó la estación ferroviaria, y tras tender una antena, los operadores Juan Carlos y Pedro, de Casilda, y el arequitense Francisco Avarucci, y Eldo Chaumet el día siguiente, establecieron 107 contactos. La lluvia y el frío no menguaron las ganas de llevar adelante esta actividad, que en toda Argentina reunió a gran cantidad de aficionados a las comunicaciones radiales.
Concluida la jornada, los radioficionados y los museos se intercambian vía postal sus tarjetas de contacto, que cada uno atesora como suvenir de la ocasión. Para la actividad, Bahía Blanca le asignó al Ferroclub el número MU001F.
Los casildenses son muy activos en la radiodifusión. Además de las transmisiones habituales, explotan las distintas variantes, como comunicarse con otras regiones haciendo rebotar las señales en la luna, o jugar con el globo. Esto último consiste en detectar la posición de un receptor que se cuelga a un globo aerostático y se suelta en algún lugar del país. Lograda la conexión, el desafío consiste en efectuar la mayor cantidad de contactos con otros aficionados haciendo rebote en ese aparato, antes de que el globo estalle en las altas capas de la atmósfera.
