Este año, el Ferroclub aportó el discurso central:
A 33 años de la Guerra de Malvinas, ese conflicto debe dejarnos aprendizajes superadores en nuestra sociedad. Y justamente, actos como el de hoy cumplen una función fundamental, porque reavivan la memoria impidiendo el olvido.
Malvinas debe significar un nunca mas a la salida bélica de los conflictos internacionales. No hay problema tan grave que no pueda hablarse, y tampoco hay balas tan certeras que permitan callar las palabras. De hecho, a tres décadas de la guerra, Argentina mantiene aun mas vivo su interés por recuperar el archipiélago austral, que fuera quitado por la acción colonizadora de Gran Bretaña, en 1833.
Malvinas debe significar un nunca mas a los gobiernos de facto y al avasallamiento de los derechos humanos.
Malvinas debe significar un aprendizaje del desempeño militar y del rol de las fuerzas armadas en el país, para ponerlas al único servicio de la defensa, con una óptima modernización.
A nivel de gobernantes, Malvinas debe significar la necesidad permanente de planificar políticas a largo plazo, desechando la improvisación en todos los terrenos.
Malvinas debe significar un replanteo de la idiosincrasia del pueblo, en el sentido que la mayoría no puede, de la noche a la mañana, sujetarse laxamente a ideas sin la debida cuota de análisis racional y de crítica, dejándose llevar por acciones psicológicas pergeñadas por grupos de poder.
Malvinas debe significar un homenaje permanente a los héroes que el azar puso en esas tierras, en esos mares y en aquel cielo, de cara a la muerte, defendiendo la bandera, escribiendo con dolor la historia de la patria y forjando un grito universal que nunca se callará: “Las Malvinas son Argentinas”.
(Fotos: Comuna de Arequito)